viernes, 3 de abril de 2009

LA SOLIDARIDAD ES UN DON DE DIOS

El Arzobispo de la ecología, Mons. Pedro Barreto jimeno, s. j. quiere salvar las altas tierras andinas
LE MONDE 27.03.09 16:07 • Puesta al día el 27.03.09 16:07

Sus fieles le llaman el " pastor de la ecología”. Pedro Barreto Jimeno es el arzobispo de Huancayo, una ciudad de 340 000 habitantes, localizada a 3 200 metros de altitud en los andes peruanos. Está a la cabeza de un foro de diálogo medioambiental que agrupa una sesenta instituciones y de actores de la sociedad civil de la región. Su fin es encontrar " una solución íntegra y duradera " a la contaminación provocada por la compañía minera Doe Run Peru, perteneciendo a una sociedad de cartera americana.

"Cuando fui a ver la chimenea de Doe Run a san-Luis, en el Estado del Missouri, creí que estaba fuera de servicio, porque no soltaba humo, confía Mons. Barreto, de paso por París. En cambio, la fundición peruana, instalada en los años 1920, posee una tecnología del siglo XIX que era ya obsoleta en la época. "Al principio, la fundición pertenecía al Cerro de Pasco Mining Company, una multinacional poderosa. En los años 1970, fue nacionalizada, antes de ser privatizada de nuevo, sin ser jamás modernizada verdaderamente.

Doe Run Peru trabaja con minerales "sales" importados por otros países sudamericanos e incluso de Asia. El resultado: el aire y el agua del valle del río Mantaro son contaminados. Los niños del distrito de Oroya están contaminados por el plomo y el arsénico. En 2006, el Instituto Blacksmith colocó Oroya entre las cinco localidades las más contaminadas en el mundo.

"El asunto es emblemático de la irresponsabilidad de la empresa, del Estado y de la sociedad civil ", asegura el arzobispo. Doe Run Peru hizo 150 millones de dólares (110,6 millones de euros) beneficios, respetando exigencias legales manifiestamente insuficientes. Los campesinos también contribuyeron contaminando el río Mantaro por la utilización de plaguicidas. Y el sindicato de los 3 500 empleados de Doe Run Peru cerró mucho tiempo los ojos sobre el impacto medioambiental.


"LA TIERRA, NUESTRO HOGAR”

En un país dónde los recientes conflictos suscitados por la explotación minera tomaron a veces un giro violento, Mons. Barreto se regocija de métodos pacíficos "en lo sucesivo han sido adoptados”. "Pasamos de la protesta a la proposición", se complace. Así, un programa de nutrición y salud ha sido puesto en ejecución dirigido a 1 500 niños de La Oroya. Esta acción suscitó desde ahora una reducción de la contaminación sanguínea, y los casos de anemia y desnutrición crónica o aguda. Además, los análisis del aire, de los suelos y las aguas de la región fueron financiados por el Fondo Ítalo-Peruano, afirma Mons. Barreto.

A mediados de marzo, Doe Run Peru acusó el golpe de las turbulencias que afectan el curso de los minerales y detuvo una parte de sus actividades. Los 20 000 empleos directos o indirectos que dependen de eso son suspendidos, en lo sucesivo de la evolución de la crisis mundial.

Invitado por el Comité católico contra el hambre y para el desarrollo (CCFD) que organiza una vez por año el encuentro entre sus socios en los países del Sur y sus donadores, Mons. Pedro Barreto Jimeno considera que su misión es a la vez evangelizadora y social. "El planeta Tierra, creación de Dios, es nuestra casa común" recuerda.

Paulo A. Paranagua